Tener un trabajo con mucho
estrés, sobre todo un trabajo exigente pero que permita poco control personal,
podría aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV), informan unos investigadores
chinos.
Un análisis de seis estudios ya
publicados de varios países incluyó a casi 140,000 personas a quienes se siguió
durante hasta 17 años. Encontró que los que tenían trabajos con mucho estrés
presentaban un riesgo de ACV un 22 por ciento más alto que los que tenían
trabajos con poco estrés. En las mujeres, el aumento del riesgo fue incluso
mayor: de un 33 por ciento, informaron los investigadores.
“Muchos mecanismos podrían tener
que ver con la asociación entre los trabajos estresantes y el riesgo de ACV”,
planteó la investigadora líder, la Dra. Yuli Huang, del Departamento de Cardiología de la Universidad Médica del Sur, en Guangzhou.
El más importante es que los
trabajos con mucho estrés podrían conducir a conductas malsanas, como unos
malos hábitos alimenticios, el tabaquismo y la falta de ejercicio, advirtió
Huang.
“Es esencial que las personas con
profesiones de alto estrés aborden esos problemas del estilo de vida”, aconsejó
Huang.
El informe aparece en la edición
en línea del 14 de octubre de la revista Neurology.
Entre los estudios analizados por
el equipo de Huang había uno de Estados Unidos, tres de Suecia, uno de Japón y
uno de Finlandia.
Huang y sus colaboradores
agruparon los trabajos en cuatro categorías según el nivel de control que los
empleados tenían sobre su trabajo y qué tanto trabajaban o las exigencias
psicológicas del puesto. Las categorías incluían los trabajos pasivos, los
trabajos con poco estrés, los trabajos con mucho estrés y los trabajos activos.
Los factores laborales incluyeron
la presión del tiempo, las exigencias mentales y los problemas de coordinación.
El trabajo físico y la cantidad total de horas trabajadas no se incluyeron.
Los trabajos pasivos incluyeron a
los conserjes, los mineros y otros trabajadores manuales, que tenían pocas
exigencias y poco control. Los trabajos con poco estrés incluían a los
científicos y a los arquitectos, que tenían poca demanda y un alto control,
según el estudio.
Los trabajos con un estrés alto,
que tienen una alta demanda y poco control, incluían a las camareras, a los
ayudantes de enfermería y a otros trabajadores de la industria de los
servicios. Las personas con trabajos activos, como los médicos, los maestros y
los ingenieros, tenían una exigencia alta y un alto control, explicaron los
investigadores.
Las personas con trabajos con
mucho estrés tenían un 58 por ciento más probabilidades de sufrir un ACV
provocado por un coágulo sanguíneo en el cerebro (un accidente cerebrovascular
isquémico) que las personas con trabajos con poco estrés. Los que tenían
trabajos pasivos y activos no presentaban ningún aumento en el riesgo de ACV,
dijo Huang.
Los investigadores dijeron que
más del 4 por ciento del riesgo general de ACV era provocado por los trabajos
con mucho estrés. Pero en las mujeres, los trabajos con mucho estrés aumentaban
ese riesgo en un 6.5 por ciento.
El estudio tiene algunas
limitaciones, anotaron los investigadores. En primer lugar, los estudios
originales midieron el estrés una sola vez. En segundo lugar, otros factores de
riesgo de ACV, como la hipertensión o el colesterol alto, no fueron tomados en
cuenta en los estudios originales.
La Dra. Jennifer Majersik,
profesora asociada de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad
de Utah, en Salt Lake City, y autora de un editorial que acompaña al estudio en
la revista, dijo que la investigación “muestra lo que las personas piensan hace
mucho: ciertos tipos de estrés provocan efectos negativos en la salud”.
Estudios anteriores han mostrado
una conexión entre el estrés laboral y la enfermedad cardiaca, pero esta es la
primera investigación en mostrar esa asociación con el ACV, comentó.
Majersik cree que reducir el
riesgo de ACV podría conllevar tener más control sobre el trabajo.
“Hay formas de aumentar el
control personal en el lugar de trabajo”, dijo. Éstas pueden incluir horarios
flexibles y más potestad para tomar decisiones. “Quizá no funcionen, pero me
encantaría que se probaran”, dijo Majersik.
Además, las personas pueden
cambiar de trabajo y encontrar uno en el que tengan más control, planteó.
“Considero al estrés laboral como
otro factor de riesgo modificable”, aseguró Majersik. “Todavía no sabemos qué
hacer al respecto. Pero aconsejo a mis pacientes que es algo a tomar en
cuenta”.
Los pacientes con frecuencia
preguntan si el estrés provocó su ACV, señaló Majersik. “No sabía qué decirles,
pero ahora siento que puedo decirles que quizá sí”.
Fuente: HealthDay
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