viernes, 20 de noviembre de 2015

El estrés laboral en Europa cuesta 136.000 millones de euros




Según datos de la Agencia para la Seguridad y Salud en el Trabajo, el estrés laboral es el segundo problema de salud relacionado con el trabajo más frecuente en Europa, con casi la mitad de las jornadas laborales perdidas y un coste para su economía de 136.000 millones de euros al año.
El alto coste del estrés en el trabajo se ha puesto de manifiesto en la Cumbre que la Agencia europea ha celebrado en Bilbao como colofón de su campaña "Trabajos saludables. Gestionemos el estrés".
La sesión de apertura del evento ha reunido a representantes de la UE y de los gobiernos español y vasco, que han coincidido en destacar los beneficios de una buena salud laboral para la competitividad. "Invertir en prevención es rentable", ha sostenido la comisaria europea de Empleo, Asuntos Sociales, Capacidad y Movilidad Laboral, la belga Marianne Thyssen. La comisaria ha destacado que la falta de salud relacionada con el trabajo puede costar a Europa entre el 2,6 y el 3,8 % de su PIB. El ministro luxemburgués de Trabajo, Nicolas Schmit, que ha acudido al acto en representación de la presidencia de la UE, ha abogado por la prevención y ha afirmado que una empresa no es competitiva si "acepta la degradación de la salud de los trabajadores".
En su opinión, la precariedad laboral "no ayuda a largo plazo a la productividad". Schmit ha apostado por "restaurar" en Europa "el equilibrio" entre "la eficiencia económica y el progreso social", y ha advertido de los "riesgos" en materia de condiciones laborales que entraña el cambio que vive la economía hacia la digitalización.
El subsecretario de Empleo del Gobierno central, Pedro Llorente, ha dicho que una mejor salud y seguridad en el trabajo es uno de los elementos que configuran la calidad en el empleo. Ha explicado que desde abril pasado España cuenta con "una buena" estrategia nacional en este ámbito, lograda con "consenso" de los interlocutores sociales y Administración.
En el mismo acto, el consejero vasco de Empleo, Ángel Toña, ha asegurado que la seguridad y salud laboral es "de extrema importancia" para el Gobierno Vasco, ha abogado por una mejora sostenida de las condiciones de trabajo en Euskadi y ha considerado que un entorno de trabajo seguro y saludable favorece la competitividad de las empresas.
La secretaria de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), Esther Lynch, ha destacado el estrés que padecen muchos trabajadores y ha instado a la Comisión Europea a que "si no se puede animar a la gente" a proceder con buenas prácticas en este terreno "les tendremos que obligar".
Los participantes han valorado en sus intervenciones la labor en favor de la salud de los trabajadores que desarrolla la Agencia Europea, cuya directora, Chrysta Sedlatschek, ha destacado que un buen entorno psicosocial es "crucial para tener una mano de obra satisfecha, sana y productiva" y ha evidenciado "la situación estresante" que en la actual crisis de los refugiados en Europa pueden sufrir las personas dedicadas al control de fronteras y a la atención de los asilados.

Fuente: EU-OHSA

lunes, 9 de noviembre de 2015

El estrés podría aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular





Tener un trabajo con mucho estrés, sobre todo un trabajo exigente pero que permita poco control personal, podría aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV), informan unos investigadores chinos.




Un análisis de seis estudios ya publicados de varios países incluyó a casi 140,000 personas a quienes se siguió durante hasta 17 años. Encontró que los que tenían trabajos con mucho estrés presentaban un riesgo de ACV un 22 por ciento más alto que los que tenían trabajos con poco estrés. En las mujeres, el aumento del riesgo fue incluso mayor: de un 33 por ciento, informaron los investigadores.

“Muchos mecanismos podrían tener que ver con la asociación entre los trabajos estresantes y el riesgo de ACV”, planteó la investigadora líder, la Dra. Yuli Huang, del Departamento de Cardiología de la Universidad Médica del Sur, en Guangzhou.

El más importante es que los trabajos con mucho estrés podrían conducir a conductas malsanas, como unos malos hábitos alimenticios, el tabaquismo y la falta de ejercicio, advirtió Huang.

“Es esencial que las personas con profesiones de alto estrés aborden esos problemas del estilo de vida”, aconsejó Huang.

El informe aparece en la edición en línea del 14 de octubre de la revista Neurology.

Entre los estudios analizados por el equipo de Huang había uno de Estados Unidos, tres de Suecia, uno de Japón y uno de Finlandia.

Huang y sus colaboradores agruparon los trabajos en cuatro categorías según el nivel de control que los empleados tenían sobre su trabajo y qué tanto trabajaban o las exigencias psicológicas del puesto. Las categorías incluían los trabajos pasivos, los trabajos con poco estrés, los trabajos con mucho estrés y los trabajos activos.

Los factores laborales incluyeron la presión del tiempo, las exigencias mentales y los problemas de coordinación. El trabajo físico y la cantidad total de horas trabajadas no se incluyeron.

Los trabajos pasivos incluyeron a los conserjes, los mineros y otros trabajadores manuales, que tenían pocas exigencias y poco control. Los trabajos con poco estrés incluían a los científicos y a los arquitectos, que tenían poca demanda y un alto control, según el estudio.

Los trabajos con un estrés alto, que tienen una alta demanda y poco control, incluían a las camareras, a los ayudantes de enfermería y a otros trabajadores de la industria de los servicios. Las personas con trabajos activos, como los médicos, los maestros y los ingenieros, tenían una exigencia alta y un alto control, explicaron los investigadores.

Las personas con trabajos con mucho estrés tenían un 58 por ciento más probabilidades de sufrir un ACV provocado por un coágulo sanguíneo en el cerebro (un accidente cerebrovascular isquémico) que las personas con trabajos con poco estrés. Los que tenían trabajos pasivos y activos no presentaban ningún aumento en el riesgo de ACV, dijo Huang.




Los investigadores dijeron que más del 4 por ciento del riesgo general de ACV era provocado por los trabajos con mucho estrés. Pero en las mujeres, los trabajos con mucho estrés aumentaban ese riesgo en un 6.5 por ciento.

El estudio tiene algunas limitaciones, anotaron los investigadores. En primer lugar, los estudios originales midieron el estrés una sola vez. En segundo lugar, otros factores de riesgo de ACV, como la hipertensión o el colesterol alto, no fueron tomados en cuenta en los estudios originales.

La Dra. Jennifer Majersik, profesora asociada de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Utah, en Salt Lake City, y autora de un editorial que acompaña al estudio en la revista, dijo que la investigación “muestra lo que las personas piensan hace mucho: ciertos tipos de estrés provocan efectos negativos en la salud”.

Estudios anteriores han mostrado una conexión entre el estrés laboral y la enfermedad cardiaca, pero esta es la primera investigación en mostrar esa asociación con el ACV, comentó.

Majersik cree que reducir el riesgo de ACV podría conllevar tener más control sobre el trabajo.

“Hay formas de aumentar el control personal en el lugar de trabajo”, dijo. Éstas pueden incluir horarios flexibles y más potestad para tomar decisiones. “Quizá no funcionen, pero me encantaría que se probaran”, dijo Majersik.

Además, las personas pueden cambiar de trabajo y encontrar uno en el que tengan más control, planteó.

“Considero al estrés laboral como otro factor de riesgo modificable”, aseguró Majersik. “Todavía no sabemos qué hacer al respecto. Pero aconsejo a mis pacientes que es algo a tomar en cuenta”.

Los pacientes con frecuencia preguntan si el estrés provocó su ACV, señaló Majersik. “No sabía qué decirles, pero ahora siento que puedo decirles que quizá sí”.


Fuente: HealthDay