En nuestra sociedad occidental podemos definir el término
“productividad” como la relación que existe entre la cantidad de bienes y
servicios producidos y la cantidad de recursos que se utilizan para ello, es
decir, que la productividad de una empresa sirve como indicador del rendimiento
de la misma.
Históricamente, se ha dado una suerte de absurdo enfrentamiento
entre el concepto de productividad y el de seguridad y salud en el trabajo,
ahora bien, pudiera decirse que hoy en día nadie cuestiona desde un punto de
vista lógico que si en la empresa conviven un conjunto de personas
(trabajadores y trabajadoras) que perciben que su empleador invierte en la
mejora continua de las condiciones y medio ambiente de trabajo en las que se
presta el servicio, la consecuencia necesaria debería ser un aumento de la
productividad de esa empresa, ya que, los trabajadores responderán de manera
proactiva a la actitud comprometida de su empleador.
Hasta acá todo parece de perogrullo, de allí que resulta
difícil explicar si esta relación de causalidad directamente proporcional es
tan evidente porque la inversión de recursos materiales y financieros asociados
a la mejora de la seguridad y la salud de los trabajadores no pasa a ser una
línea de inversión de la misma importancia del mercadeo o la publicidad.
Está absolutamente comprobado que una forma inmediata de
mejorar la productividad de una empresa se obtiene innovando en el manejo del
capital humano, sus relaciones laborales y las condiciones y medio ambiente de
trabajo de esa organización. Para ello, además de la toma de conciencia del
empleador solo se requiere la contratación de expertos o consultores que
coadyuven al personal interno de la empresa a identificar las oportunidades de
mejora que seguramente están presentes en esa organización y a diseñar e
implementar las mejores estrategias de intervención. Esto pasa a ser un ciclo
de mejora continua que de la mano de los trabajadores repercute positivamente
en la productividad y por ende en la
rentabilidad de la empresa, lo que no es más que mayores ganancias o mejor
retorno de inversión.
Finalmente, es necesario concluir que la inversión sostenida
en materia de seguridad y salud en el trabajo representa una excelente forma de
mejorar la productividad y por ende la rentabilidad de su empresa.