miércoles, 19 de febrero de 2014

GENTE NOCIVA EN EL TRABAJO






En todas partes encontramos personas diferentes y la oficina no es la excepción. Pasas más de ocho horas con compañeros que no precisamente pueden ser de tu agrado, sin embargo, debes convivir con ellos porque tienen una meta en común: cumplir con los objetivos productivos de la empresa. Identifica a los individuos nocivos y usa la estrategia adecuada para manejarlos, aquí algunos ejemplos de personalidades toxicas:


El “lame suelas”: si el jefe dice que está bien realizar determinada actividad para mejorar el desempeño laboral, esta persona dice que tiene el hábito desde hace años, aunque no sea cierto. Si un superior tiene un nuevo proyecto, se ofrece inmediatamente para desarrollarlo, aunque no tenga ni idea de cómo lo hará. Frecuentemente sugiere ideas que poco o nada aportan.


Estrategia. Intégralo al equipo de trabajo y trata de compartir tiempo con esta persona, necesita atención para despegarse de la imagen paternal en la que ha convertido a su superior.

El roba tiempo: no es que no haga nada en el trabajo, por el contrario, realiza diligencias personales por internet, se la pasa en redes sociales, chatea, vitrinea en la web, habla por teléfono con familiares y amigos, planea salidas, etc., pero por la empresa no hace mucho. Es muy hábil para evitar que el trabajo caiga en su escritorio.

Estrategia. Habla con el jefe para que ponga por escrito y con fechas establecidas, las tareas que cada trabajador debe realizar, así el nivel de productividad de cada empleado se hará evidente.

El chismoso: sabe todo lo que ocurre en la empresa, desde los asuntos personales de sus compañeros hasta los avances o errores de los demás departamentos, es un lleva y trae de información que disfruta del chisme. Generalmente se rige bajo el ideal de la hipocresía, suele ser simpático pero está cargado de falsedad.

Estrategia. Ten cuidado con este tipo de persona y no le confíes información que después pueda traerte problemas o afectar tu imagen. Es mejor mantenerla a raya y conversar con él (ella) de lo estrictamente laboral. Si habla de otras personas seguramente también lo hará de ti.

El quejoso: está convencido de que el mundo está en su contra, respira negatividad y se queja de su mala suerte sin hacer nada para cambiar las cosas. Su resentimiento es tan intenso que contagia con su pesimismo a quien lo escucha. Aunque lo peor es su enorme habilidad para hacer que los demás se sientan culpables de su situación.

La estrategia. Son las personas optimistas las que funcionan como antídoto para los quejosos. No te conviertas en el eco de sus quejas, muéstrale el lado positivo de las cosas.

Fuente: Revista Safety Work


1 comentario:

  1. Duglas, también muy bueno, faltan algunas figuras, pero ya es un buen comienzo poner algunos de los que pululan por ahí y hay que descubrirlos para que no hagan tanto daño.

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