De acuerdo a la literatura, los efectos o
consecuencias que podrían causar los riesgos psicosociales, que interactúan
entre sí y pueden llegar a potenciarse, serían los siguientes:
Efectos
sobre la salud física de los trabajadores: a través de activaciones hormonales y
estimulaciones nerviosas se produce aumento de la presión arterial;
palpitaciones, cansancio, enfermedades cardiovasculares; tensión muscular,
trastornos músculo esqueléticos; dificultades para dormir; trastornos
psicosomáticos; trastornos médicos de diversos tipos (respiratorios,
gastrointestinales, entre otras), entre otros.
Efectos
sobre la salud psicológica de los trabajadores: Depresión; ansiedad;
irritabilidad; preocupaciones; tensión psíquica; insatisfacción; desánimo;
disminución de la capacidad del procesamiento de información y de respuesta;
burnout; dificultad para establecer relaciones interpersonales y de
asociatividad (redes de apoyo social) dentro y fuera del trabajo; conductas
relacionadas con la salud (fumar, consumo de alcohol y drogas lícitas o
ilícitas, sedentarismo, entre otras); falta de participación social.
Efectos
sobre los resultados del trabajo y sobre la propia organización: ausentismo laboral,
principalmente por masificación de licencias médicas; incremento de la
siniestralidad o accidentes del trabajo, con los costos que ello significa para
la organización; abusos y violencia laboral; presentismo, por personal con
jornadas extensas sin productividad o personas físicamente presentes, pero sin
producir; aumento de costos de producción, derivado de seguidas rotaciones de
personal por despidos o por falta de fidelidad con la empresa, disminución en
el rendimiento, productividad y calidad, entre otros; presencia de acciones
hostiles contra la empresa o sabotaje; falta de cooperación.