Los efectos del acoso laboral no afectan exclusivamente al acosado ya que vivimos en una sociedad grupal, también afecta a la familia el grupo social básico, nos acoge desde el nacimiento, nos proporciona afecto, protección, educación, socialización...
Los efectos del acoso laboral en el grupo familiar del afectado
Cuando una persona sufre o ha sufrido acoso laboral la lista de síntomas que pueden darse en el afectado puede llegar a ser extensa, ya sea tanto a nivel psicológico, donde puede sufrir ansiedad, baja autoestima, depresión..., a nivel psicosomático con diferentes alteraciones del sueño, del apetito, diversos dolores y disfunciones, fatiga...,como a nivel de comportamiento, reaccionando con agresividad cuando antes no lo hacía, aislándose tanto a nivel social como familiar, llevando una vida sedentaria o actitudes apáticas, ya que se sienten desbordados por el sufrimiento que el acoso laboral les ha infligido, incluso perdiendo hasta las ganas de vivir, todos estos síntomas no afectan exclusivamente al acosado, ya que vivimos en una sociedad grupal, compañeros de trabajo, comunidad de vecinos, amigos y familia, este último es el grupo social básico, nos acoge desde el nacimiento, nos proporciona afecto, protección, educación, socialización...
Las consecuencias del acoso laboral se verán reflejadas reflejadas en los hijos del afectado
Si la persona acosada está sufriendo y todo lo que le rodea gira en torno al mobbing analizando reiteradamente la situación y buscando una solución a su problema sin encontrar salida, probablemente dejara de atender otras funciones que realizaba de forma satisfactoria, ya sea laboral, social o familiarmente.
En este punto es donde la ayuda de la familia resulta de vital importancia, pero esta no siempre se puede dar, cuando una madre o padre deja de desempeñar sus funciones en casa como progenitor, las consecuencias se verán reflejadas en sus hijos, al dejar de prestar la misma atención a los hijos, pasar días llorando, sentir apatía y falta de interés por la funciones que tiene que cumplir en casa, sentir molestias y dolores en el caso de realizarlas, no dormir adecuadamente, reaccionar con ira, sentirse deprimido, en definitiva, no desempeñar el rol de padre/madre como antes solía hacer, generara en los hijos nuevas actitudes de comportamiento.
Ellos independientemente de la edad, notaran que ya no sienten ese afecto, ni la protección que antes se les brindaba, no sentirán el apoyo ni en su educación, ni en su proceso de socialización, esto puede generarles ansiedad, miedo, rebeldía y posiblemente busquen todo ello en otras figuras que puedan desempeñar ese papel, también se puede producir el aislamiento y/o la introversión del niño, reproduciendo esa ira o rebeldía en casa, a nivel escolar con falta de interés, bajando su nivel de estudios o a nivel social con los amigos siendo más agresivos.
La ayuda del otro progenitor o de otros familiares cercanos
Es necesario estar pendientes de las reacciones frente a esta nueva situación de los hijos, pero la persona acosada posiblemente no se verá capacitada para responder ante los nuevos comportamientos o reacciones de sus hijos, ya que ella misma está inmersa en un proceso de gran sufrimiento y es la ayuda del otro progenitor o de otros familiares cercanos la que debe suplir las carencias que se estén dando.
Si la familia no cuenta con ese tipo de ayuda es importante contar con la ayuda de un terapeuta que pueda guiarles en los pasos a seguir para que esta nueva situación familiar no desborde al resto de miembros.
Fuente: Mobbing Bullyning España