En el
estudio más reciente en el tema encabezado por el doctor Jan Dettmers,
investigador de la psicología del trabajo de la Universidad de Hamburgo, en
Alemania, se encontró que estar disponibles fuera del horario de trabajo tiene,
a la mañana siguiente, efectos negativos en el estado de ánimo –mayor cansancio
y tensión, por ejemplo– y aumenta los niveles de cortisol (la hormona del
estrés) del trabajador, en respuesta a la anticipación del estrés.
Los
hallazgos, publicados el pasado mes de agosto en Journal of Occupational Health Psychology, no se explicaron
por el número de llamadas que los empleados atendieron el día anterior, sino
por el mero hecho de haber estado a la expectativa de cualquier interrupción,
lo que les confirma que en realidad no tienen el control de su tiempo libre.
El
estudio fue realizado con 132 empleados –en su mayoría hombres con una edad
promedio de 42 años– de 13 compañías de diversas áreas como transporte y logística,
informática, servicios técnicos, comercio, guarderías y hospitales.
Los
participantes respondieron cuestionarios diarios durante cuatro días cuando
estaban disponibles fuera de horario de oficina –incluyendo el fin de semana– y
cuatro días cuando no tenían la responsabilidad de guardia.
También
se recabaron muestras de los niveles de cortisol de 51 participantes al
despertar.
La
incertidumbre pesa
Otro
estudio de este año realizado por investigadores de distintas instituciones
europeas concluyó que la mera posibilidad de que nos llamen fuera del horario
de oficina aumenta la sensación de fatiga y el estrés y, con ello, la necesidad
de relajarse, reducir la tensión acumulada y recuperarse fuera del horario
laboral para reponer la energía física y mental. Porque nunca nos sentimos
completamente desconectados del trabajo.
Y mucho
menos nos permitimos relajarnos con la persona que tenemos a un lado.
Como
señala en Psychology Today el doctor Steve M. Jex, profesor de psicología
organizacional e industrial de la Universidad Estatal Bowling Green, en Ohio,
“cuando estamos constantemente pensando en el trabajo, checando el correo
electrónico y tomando llamadas relacionadas con el trabajo, realmente nos
estamos desconectando de aquellos que están a nuestro alrededor, como amigos y
familia”.
Siempre
conectados
Ofrecen
ventajas de comunicación, sí, pero lo cierto es que los dispositivos móviles no
nos están ayudando a desconectarnos psicológicamente del trabajo.
Como
señala una investigación publicada en 2014 en la revista científica Industrial
Health, del Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional de Japón, “dado
a la actual economía 24/7, las fronteras tradicionales entre el trabajo y la
vida personal son cada vez más borrosas. Además, las tecnologías de información
proporcionan la oportunidad de completar el trabajo de uno fuera de la oficina
(…) e incluso más allá de las horas de trabajo tradicionales”.
En otro
estudio de 2011, también encabezado por el doctor Steve M. Jex, de la
Universidad Estatal Bowling Green, se analizaron las formas en las que 432
empleados separaban la vida personal y laboral, los límites que establecen en
el uso de la tecnología en casa para fines laborales y cómo estos factores
contribuyen al desapego psicológico del trabajo.
Entre los
hallazgos, publicados en Journal of Occupational Health Psychology, se encontró
que aquellos empleados que preferían no mezclar la vida laboral con la personal
a través de ciertas prácticas o reglas en el hogar –no llevarse trabajo a casa
o no utilizar el mismo número de teléfono para llamadas personales y del
empleo, por ejemplo– tenían un mayor distanciamiento psicológico del trabajo en
sus horas de ocio.
Mientras
que los empleados que dijeron tener una oficina dentro de casa –y no era un
requisito– reportaban niveles de distanciamiento psicológico más bajos durante
las horas fuera del trabajo. Son aquellos que no establecían límites respecto
al uso de la tecnología en casa para fines laborales.